Fue en base a un relato de mi buen amigo Andreas Kalk Badan, que él convirtió en poema, lo que me impulsó a escribir esta letra. Nuestra vida desaparece con nosotros y solo podemos dejar constancia de que merece la pena vivir y que habrá que aceptar el luego.
Todos tus deseos cumplidos
Todos tus combates ganados
Tus libros tus fotos todo ha acabado
En la acera junto a un contenedor
Esos botines de los momentos
En que sentías en tu cuerpo a la mujer
La que brillaba en tu mirada
Y que a escondidas se dejaba querer.
Y esos libros conquistados
Por tantas invasoras anotaciones
Que un día algún poeta Diógenes
Salvará del olvido destructor
Nadie sobrevive a sus nietos
Pero alimentamos los recuerdos al fin
De los que con nosotros brillaron
Y les vamos preparando para partir.
Somos el hilo que se pierde
En la oscuridad del luego
Para que los que nos sobrevivieron
No pierdan su rumbo en el adiós.
Pero en tanto todo eso llega
No dejéis de alzar las jarras
Que es mejor reír hasta el alba
Y brindar por los que no están
Que el día en yo falte
Espero que se os haga tarde por ahí
Y no olvidéis echar algún trago
Y sobre todo amar sin recato por mí.
(L.C.Crespo Aguirre, 2022.04.30)
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